sábado, 13 de septiembre de 2008

Instructivo para la mujer que no sabe bien de qué va ser moderna.

Algunas cosas a tener en cuenta si usted es un ama de casa reventada o, en su defecto, una reventada y ama de casa.

Segunda entrega: la cocina

  • Si usted se haya inspirada y cocina[1] un puré de bolsita (si usted es una reventada sabe que no existen de otros tipos) higienice los utensillos implementados a la brevedad. Evite el hábito de posponer esta tarea para el día siguiente o el que le sigue al siguiente aunque sea por esta única vez. Las simpáticas escamas que usted humedeció con esmero volverán a su estado natural pero adosadas a la superficie que las contenga. Perdurando en esta iniciativa más que Cenicienta aferrada a príncipe.
  • Sépalo de una vez y para siempre. El horno también necesita ser limpiado. Y no me refiero sólo a la carrocería sino al interior del mismo. La tonalidad negro azabache que lucen las paredes es muy probable que no sea la original. Pruebe remover con la punta de un cuchillo y si la grieta es muy profunda olvidese de arreglarlo con un CIF limón. Para sacarlo estará arrodillada ahí más de lo que recuerda haber estado.
  • Así como prontamente aprendió que por más borracha, enfiestada, acaramelada que esté usted debe arrojar los fonditos de las copas o vasos dentro de las 4 horas posteriores a haber sido abandonados. Procure no dejar en la heladera ningún yacimiento a cielo abierto. Es probable que el olor a pizza inunde y perdure en el aparato.
  • Para evitar herir la susceptibilidad de cierta personas que consideran la cocina un templo( a quién se le puede ocurrir honrar un lugar lleno de azulejos) evite utilizar el verbo cocinar para las siguientes cuestiones: arroz. Ej. Voy a cocinar arroz a la noche …En su lugar diga: Voy a preparar arroz hoy a la noche.
    Ej 2: Cocino algo en el microondas y salimos de pique…..Caliento algo en el microondas y salimos de pique.
  • Por último, la comida agridulce nada tiene que ver con el azar. No sea caradura. Si en el afán de lavar menos platos, apenas enjuago con agua calienta la sartén donde previamente había recalentado un budín de pan de su abuela y ahora la pechuga le queda con un gusto azucarado, bajo ningún punto de vista puede decirle plato agridulce a esa porquería que debería tirar.


    [1] Nótese que utilizamos el verbo cocinar en su más amplia acepción. Incluye toda maniobra que implique la manipulación de elementos comestibles que derivan en un producto final sea cual sea su calidad.

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