lunes, 26 de mayo de 2008

Hasta octubre!



Gracias!
fotos: Fabiana Di Luca
ensayan:Esteban Rodriguez

miércoles, 21 de mayo de 2008

CiNCO COSaS QUE SE PUEDEN RESPOnDER CON: CLARO!

1). “Entonces cómo es…Yo me deslomo trabajando para que el se lleve los laureles y se la pase viajando con mi ppt en su laptop”

2). ”Me pasas a buscar?” (sólo disponible de la primera a la segunda cita)

3). “Así que te compraste un pulóver igual al mío! Espero que sea de otro color porque sino…” (puedo combinarse con “un poquito más….”)

4). “Pero es una yegua”

5). “Qué empresa tenés de celular?”

Perlitas!!!

Honorable Cámara de Diputados de la Nación
Ciudad Autónoma de Buenos Aires
Abril 2008


La plata. Abril 2008
De la serie: Cuestión de tiempo. Tomo I:La realidad argentina como grano de arena en el ojo.
Tomo II: La realidad argentina como joyita humorística.





domingo, 18 de mayo de 2008

miércoles, 14 de mayo de 2008

-- Blog, no sos vos. Soy yo.

CINCO COSAS QUE DEBERÍA USAR y no hay caso, che!

1) Los lentes. (Fundamentalmente en la parada de colectivos)

2) La tapa de las olla (Greenpeace ven por mí!)

3) El reloj despertador (a mis jefes/as me remito)

4) El trípode (sino para que lo llevo a todos lados)

5) La razón (en varios casos)

jueves, 8 de mayo de 2008

En cualquier momento toca a mi timbre un señor
y se lleva el cpu.

Es un pequeño paso para el hombre
y una gran perjuicio para mi vida social, laboral y/o personal.

lunes, 5 de mayo de 2008

Nací para tí...


(-Quizás ya conocés al amor de tu vida pero no te das cuenta- vecina vieja zorra dixit)

domingo, 4 de mayo de 2008



CUATRO ÚNICAS FUNCIONES

Todos los domingos de MAYO
20.30hs.
En el Galpón de Encomiendas y Equipajes. (18 esq 71)

+ BONUS TRACK

hoy:
SEBASTIÁN RULLI toca canciones con amigos en plan acústico.

Parte 2: Girls just want to have fun

El otro día venía corriendo. De la parada del colectivo a la verdulería. Que antes había sido del trabajo a la parada del colectivo y antes de la cama a la calle. Tenía que comprar dos boludeces en cinco minutos. No podía ser más porque sino luego tendría que correr de la puerta de mi casa a la cocina, de mi casa a la parada, de la parada al trabajo.
Me estaqueo en el medio del local a la espera de que alguno de los dos me atienda. Por fin uno se da vuelta y sonriendo me pregunta que voy a llevar. Le solicito un kilo de batatas pero hay algo que me hace ruido. No son las caderas anchas del verdulero bamboleándose, no son las batatas gigantes…es la música.

- Las peras cómo están…- le pregunto aturdida. Distraída en otros menesteres.
“La puta, no me voy de acá hasta que no saque de que tema es esa intro”
- Bárbaras. Cuánto vas a llevar- me preguntaba el amigo boliviano mientras se deslizaba de un lugar al otro con gracia.- Te gusta? Es Cindy Lauper.
“Mierda ”Girls just want to have fan”
- Sí, yo que…
- No me digas que conoces a Cindy Lauper- suelta las peras que ruedan por el piso- Es una diosa, una divina…yo le pongo el cd siempre a mi sobrinita…

El tipo no para de hablar y no veo que ponga una pera en la bolsa. Pero es bastante entretenido, pienso.

- Me encanta. Es mi cantante favorita. Además de ser divina, te canta lo que quieras. Porque no sólo hace música para bailar, tiene unas baladas que te mata…Conoces el último disco? Porque todos piensa que se quedó en eso. Pero no, ella siguió grabando y cada vez mejor. Tengo todo su discografía que me la bajo de Internet. Tenés que escuchar Shine. Te morís….
- Bueno, me lo voy a bajar…- miento piadosamente y me olvido del kilo de peras.
- Escuchá Shine. No te vas a arrepentir… - Me dice mientras me lanza a la calle con una batata y media.

Parte 1: Music is my girlfriend

El soundtrack de mi infancia oscilaba entre “Mamut Chiquitito” en plan acústico y Pappo Blues. Unos rosarinos que hacían música para niños (cuyas portadas de sus cassettes eran por demás psicodélicas) y los Abuelos de la Nada. Entre Balá y Pedro Narvaja. (Con respecto a este último, manténgalo alejado de sus niños, no sea cosa que se les ocurra escenificar cierta canción que termina a los navajazos con tramontinas. “A dios gracias que entré justito porque sino…”)

Cuando atravesé la barre de los 10, declaré mi autonomía musical gracias a un radiograbador plateado con dos inmensos parlante negros que me regaló mi madrina. (En realidad no recuerdo si me lo regaló o lo heredé, detalles que mi inconciente resguarda) Me pasaba horas tirada en la alfombra con una pinza de depilar destrabando la cinta de los cabezales y volviéndolo a poner para que a la mitad del tema vuelva a pasar lo mismo. Al grabador lo tuve hasta entrada la adolescencia, creo que después se lo regalaron a un albañil y actualmente pasa cumbia en alguna obra en construcción.

Con la llegada de la adolescencia perdí las ganas de hablar y durante algunos años la comunicación con el resto de los individuos que habitaban mi hogar (llámese de aquí en más: mi familia) se produjo gracias a la música. “Baja esa música de mierda que quiero dormir” mi hermano dixit cuando aún no me robaba los cd´s. “Vos tenés el doble que me compré el otro día para llevarme al consultorio” o “Hace tres días que escuchas la parte dos de The Wall, estás bien?” en clara interpretación del mensaje dos meses antes de cambiarme a la otra división.

Una vez que descarté el mutismo por inconveniente a los fines sociales, comencé a tener novios. (Bueno, en parte porque durantes esa etapa había desarrollado un gran mundo interior y más aún porque gracias a las hormonas me puse buena…) Y si hay algo que aprendí es a escuchar. Primer mes de la relación: “Fijate ese sonido es el bajo” Sexto mes de la relación: “Te vuelvo a ver hablando con el bajista de …(creo que sigue existiendo la banda) y te parto la cabeza”

Por cada nombre puedo tirar alrededor de una a dos bandas. Illya Kuryaki a la vuelta de la escuela, Frank Zappa, Joe Satriani en la Traffic, Divididos desde el Backstage (con Oreiro incluida), Dream Theatre completamente dormida (“escuchaste que bueno ese solo” “aja”)