martes, 9 de septiembre de 2008

EPIFANIA (borrador I)

Último show de Mister América.
Centro Cultural Islas Malvinas. La Plata.
Sábado 6 de Septiembre

Qué carajo le pasa la gente con perder? Me dice una amiga en el medio de un vendaval de arena de un día soleada en la costa bonaerense. Realmente no lo entiendo continua con los ojos entrecerrados como un gurú. Ella la persona con más despedidas que conozco.
La frase llega en vuelo rasante a través de una fina cortina de lluvia y me deja los sesos al descubierto. Es sábado y no tan de noche. Pero la espera del 273 lo arroja a uno a la mayor intemperie.
Una vez bajo la protección del techo del micro, los sesos mojados hacen corto circuito hasta que una mano toma el codo. Qué casualidad, dice la chica de los ojos de fiebre y me sienta a su lado. Ya vas para allá? Me pregunta detrás de de los lentes que esconden los ojos de nublados. Yo estaba en cama pero ni a palos me lo quería perder. Completa con la sonrisa más hermosa que vi en sus labios en los últimos tiempos. Ambas concluimos que todo el mundo estará allá y como siempre sólo se trata del mundo que nos importa.



La paso a buscar y puteamos un poco la lluvia. En realidad yo la puteo y ella me acompaña condescendiente. Agarramos la 53 derecho y a pesar de la oscuridad reinante en el boulevard, mi amiga envuelta en su abrigo blanco de oveja sintética es visible desde todo punto de vista. Escucho nuestras risas detrás de la respiración agitada por llegar temprano, llegar con las manos en los bolsillos, llegar y ver quien se encuentra, a la larga llegar. Y como pelotitas de pool de a pares, vamos esquivándonos los grupos y los árboles. Perdidos en una procesión particular.

Y al fin llegar al fin. Abrazar a la chica de lo ojos de fiebre con la sonrisa intacta. Reír como ebrias, como poseídas hasta romper el silencio sepulcral de una sala cubierta de cuadernos y fotos. Trotar por el patio como colegialas, chocando entre sí mientras la llovizna no para de molestarnos y hablar más tranquilas refugiadas en la sala de al lado donde aún no pasa nada.

No más se larga en la misma sala con gritonas atronadores y relampagueo de flash digital, algunos buscan hacer eterno lo que termina por definición. Los ases, las asas y las sombras, las luces y yo empecinada en la ausencia de flash. Creyendo en la tibieza de la piel apuro color, atrapada en un cuerpo que se retuerce hasta perder su forma, su peso. “Vamos cayendo” susurra. Y ya todos vemos venir el verdadero final, incluso la chica con los ojos de fiebre que rompe los límites, entre su cuerpo y el de los otros hasta quedar todos fundidos. Perdido por perdido que sea con dicha. Y cuando llega el cierto final salimos al patio, al frío sin ser los mismos.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

te mataste con las reformas!


no te estreses

Danhy dijo...

no sé si es una cargada
o un comentario sincero.

Como estoy bien de ánimo
opto por lo segundo!

Gracias

Anónimo dijo...

si señorita, es que usted ha vuelto con todas las luces, un primor...

Grecia Strawberry dijo...

definitivamente, un paraguas transparente para la próxima!
(en su defecto, sombrilla)

Danhy dijo...

Con el mantel de nylon en la cabeza...la vida parece un poco mejor!
Me alegro que le haya gustado la alusión

Navegante dijo...

Me encanta navegar buscando crónicas femeninas, tienen ustedes las mujeres al escribir ese... no se qué, pero es muy lindo.
Besos