martes, 29 de abril de 2008

Me repite la pregunta...



Hasta dónde la obstinación, el querer, el amor.
Hasta dónde franquear, flaquear, falsear.

Hasta dónde la propuesta y la respuesta.

Hasta dónde tu panza y mi panza. Tus tripas, mis viseras y un sonido.
Hasta dónde el vértigo, el miedo, el riesgo.

Hasta dónde mi piel, el espacio, el concreto
Hasta dónde la herida, la cáscara, la coraza.

Hasta dónde yo, hasta dónde vos y fundamentalmente nosotros.

Hasta dónde la premisa de entender, sin saber dónde “lo siento”
Hasta dónde mi voluntad, mi energía, mi verbo.

3 comentarios:

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Danhy dijo...

Disculpen, me reservo el comentario...literalmente!

Anónimo dijo...

Cómo puede ser posible? tanta poesía y tenés que reservarte el comentario?
Si la belleza tuviera un sinónimo... se desvanecería al escuchar tu voz...