domingo, 21 de diciembre de 2008

LA CONTINUIDAD DE LOS PARQUES






















La primera vez que entré al lugar terminaba el verano y en la piel tenía olor a playa. A pesar de las duchas que había tomado en el último tiempo, no había jabón que sacara el olor a arena caliente y bronceador de envase marrón. El olor a verano tarda tantas semanas como uno quede prendado a él y en mí esto puede ser un gran tiempo.

Al lugar entré tras rebotar unas cuantas veces contra la puerta de chapa convencida iba a ceder, el cansancio dio paso a la sutileza necesaria para abrirla. Parecía la casa de un cuento de enigmas que leía de chica tan asustada como ahora. El garaje estaba oscuro y lleno de papeles húmedos en las paredes. Y sin embargo el olor a humedad no podía opacar el olor a arena que se desprendía de mis brazos latiendo al costado del cuerpo.

Parada en el hall vino a recibirme un gato negro fácilmente asociable con el de Alicia. Que en realidad era rallado; que en realidad era invisible. Detrás de sí deja al pasar la puerta al patio entreabierta. Me asomo y quedo extasiada. Al menos, por esta imagen valía la pena haber llegado.

Esa sensación se repetía cada vez. Sentada en la butaca, mirando como el tiempo se enredaba en las paredes. Nunca el patio pasó inadvertido aún cuando fuera uno el que pasara corriendo por él. Parecía que el tiempo estaba condensado.

Hoy me desperté al bajar de un micro. Con esa sensación de sueño que sucedió en tránsito por una ruta y sentí ese olor a verano. Y nuevamente me despierto por segunda vez en el día en un banco duro de plaza; miro alrededor y reconozco cada uno de los árboles, el tiempo habitado. Los cimientos del patio se asoman por debajo de la tierra que los convirtió en parque. En esta que es mi casa desde hace más de diez año revivo la sensación de haber llegado. La misma que me invadió en otro lugar.

2 comentarios:

Javier dijo...

Es hermoso el relato, muy certero. Hay olores que nos remontan a lugares y a seres que se adueñaron de un pedacito de nosotros.
Un dejo de nostalgia al final y muy muy gráfico.
Leyendote, uno se siente en tus lugares.
Besos.

Navegante dijo...

He leido varias cosas de tu blog y por la entrada de septiembre te dejé algún comentario.
Tenes una manera de relatar diferente al de otras mujeres, pones el ojo en cosas muy propias, intensamente femeninas, me encanta.
Definitivamente me gusta tu blog.
Un gusto haber pasado por aquí, lo seguiré haciendo.
Besos.