….estábamos todos en una mesa rectangular compuesta de pequeñas mesas cuadradas. El ambiente era muy cálido, todos posaban felices. Algunos incluso lo estábamos en serio y repasábamos las secuencias del fin de semana anterior que cada vez parecían más cómicas e inigualables.
En el momento en que las empanadas de cordero hicieron su entrada triunfal parecieron una buena opción. Quizás algo snob. Pero se deshacían mimosas en la boca y a la larga era imposible resistirse.
Anoche a eso de las 4 am…
Estaba en un campo con pastos verdes largos, tiernos. En el piso, un mantel cuadrille con fondo blanco y líneas rojas. Sentada sobre las pantorrillas revuelvo el fondo de una cesta con ambas manos pero no encuentro “eso” que necesito (Los sueños tienen la particularidad de la necesidad apremiante y el objeto difuso) Me elevo un poco y vuelco el peso sobre las rodillas para tener una visión mejor. En eso estoy cuando siento un golpe seco en la espalda. Una pezuña invade mi campo visual por la izquierda a la altura de mis ojos. Por la espalda una oveja descarga todo su peso sobre mí.
(moraleja: Es muy seductor llevarse las cosas a la boca, deshacerlas hasta que sólo queda una sensación placentera. Pero a la larga te golpe y a veces por la espalda)
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3 comentarios:
jaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa...
igual esperá que se venga la venganza del gulashhh, para mí que se aparece un dinosaurio...
yo creo que te estas olvidando de recordar (ja, olvidando y recordar en una misma frase) quien fue el que tiro la oveja, que te tiren con una miga de pan, un bollito de papel...es un juego. ahora, una oveja?!! eso es maldad
Ahora entendés por qué no como carne?.
Gr Str
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